Pel seu interés reproduim l’entrevista fet a Enric Morera, secretari general del BLOC.

Tiene 47 años (Oliva, 1964) y lleva treinta militando en el valencianismo político de raíz fusteriana, desde que se afilió al PNPV de Burguera. Cofundador de UPV e impulsor de su evolución a Bloc, a este abogado no ejerciente, empresario practicante y pragmático confeso se le alaba en Compromís por su generosidad al repartir juego. Confía en que el 20-N la coalición consagrará la mayoría de edad recién conquistada en las urnas.

eduardo ripoll

FRANCESC ARABÍ
VALENCIA
 

Insiste en recortar gasto de la Generalitat echando a 15.000 «enchufados» a dedo. ¿Incluye en la lista a Alberto Fabra?
Es verdad que fue impuesto por el dedazo centralista y que es más de lo mismo, aunque con mejores formas que Camps, pero no entra en el concepto de empleado público. Por enchufado entendemos aquel que ha accedido a un puesto de trabajo público con una simple entrevista eludiendo el proceso de oposiciones o concurso de méritos. Sólo en sanidad hay 42.000 colocados a dedo, más que toda la plantilla sanitaria. Nos hemos quedado cortos. La Administración está trufada de enchufados del PP. Tenemos casos de familiares de consellers puestos a dedo que han tenido que dejar la plaza por sentencia judicial. La Sindicatura de Comptes alerta sobre esa corrupción. Acaban de enchufar a cinco en el IVAJ por la luchas entre jóvenes del PP cotinistas y rusistas. Mire, nuestros Papas Borja inventaron el término nepotismo, por colocar a sobrinos, pero el PP ha perfeccionado la práctica hasta aplicarla en serie y distorsionar totalmente la Administración. El caso más paradigmático es Canal 9.
Fabra propone pactar el nuevo modelo de Canal 9, ERE incluido, recortes en varias áreas y mil consensos más. ¿Busca fotos para socializar las culpas?
Compromís no es responsable de las políticas de deterioro democrático y económico en Canal 9, ni del deterioro de la educación o la sanidad. Por eso no nos pondremos en esas fotos. Ahora bien, si hay unas reglas del juego democráticas para poder hacer una oposición constructiva estamos dispuestos a asumir las responsabilidades a las que obliga la actual situación política y social.
El Consell tiene un plan de ajuste de 1.800 millones. Si ese gasto es prescindible es que se ha estado dilapidando y si no lo es, los servicios públicos peligran.
Yo, como las familias, soy partidario del ahorro. Cuando los ingresos bajan has de reducir gastos en lo que no es esencial. ¿Dónde recortaría? Pues en esos 15.000 enchufados, en juergas, saraos… Además, se han de dar incentivos a la economía productiva para que los ingresos crezcan, que el modelo productivo pase a generar ocupación y riqueza.
Rubalcaba urge a recaudar más vía impuestos, como el de patrimonio, y Rajoy dice que el dinero ha de estar en manos privadas. ¿Qué modelo prefiere?
Ninguno de los dos. Son dos caras de la misma moneda. Rubalcaba ha estado en un Gobierno que ha incrementado las diferencias entre los muy ricos y las clases medias. No nos puede dar ninguna lección. Yo recuperaría la progresividad de los impuestos, cosa que no han hecho Zapatero y Rubalcaba, que han incrementado diferencias a base de políticas populistas. Y que el Consell renuncie al impuesto de patrimonio es una irresponsabilidad. Soy partidario de las políticas de estímulo a aquellos que arriesgan para fundar una empresa y contratar gente. A esos hay que premiarlos, a los que especulan no.
El ex primer ministro islandés, Geir H. Haarde, se enfrenta a dos años de cárcel por su gestión en la crisis bancaria. Para los gestores de la Generalitat, que debe 20.000 millones, o de la CAM, ¿pediría cadena perpetua?
Aquí se les ha premiado. Al señor Camps se le ha nombrado miembro del Consejo Jurídico Consultivo. La política se ha de adaptar al mundo real y se han de acabar los premios partidistas a los irresponsables o imputados. Como el señor Ripoll, que se le premia situándolo al frente del Puerto de Alicante. He pedido al Consell que me diga quién autorizó los préstamos que se autoconcedieron los directivos de la CAM en condiciones ventajosas. El Consell debería personarse en la causa para pedir responsabilidades económicas y hasta penales a los directivos de la CAM. PP y PSOE se repartieron la asamblea de la CAM y ahora no nos pueden dar lecciones.
Si Joan Fuster levantara la cabeza, ¿qué haría al ver la política valenciana? ¿Se suicidaría?
Diría lo que dijo en la manifestación del 77, que hay grano y mucha paja. El grano se está juntando en Compromís. El diseño que el centralismo ha hecho de nuestra tierra ha sido dividirnos y enfrentarnos para acabar expoliándonos, como nos ha pasado con las cajas. Afortunadamente cientos de miles de valencianos que quieren serlo y esa semilla da esperanzas a tener un País Valenciano viable.
¿Y qué pensaría al verles pactar con un partido llamado Equo?
Fuster era de origen carlista, muy pegado a las tradiciones y creo que vería que liga bien la sostenibilidad política de la acción local en un mundo global con la medioambiental. Esos conceptos también quieren decir que queremos comer bien. Fuster dijo que no lo volvieran a llevar a un mitin para comer un bocadillo. Los conceptos de diversidad, sostenibilidad y valencianidad juntos sería comerte un plato de paella sin transgénicos y con productos de calidad.
El presidente de la Generalitat, la alcaldesa de Valencia, la delegada del Gobierno y el director de Canal 9. Ninguno dispara una en valenciano. ¿Alguna reflexión?
Me parece preocupante porque el valenciano es de todos y no estarían de más algunos gestos.Lingüísticamente no somos Guadalajara ni Extremadura. La lengua nos da la identidad como pueblo, no puede ser un elemento de confrontación política. Me preocupa que mientras que en Cataluña por tres familias se monta la polémica y la demagogia que se ha montado, aquí hay 150.000 jóvenes que han pedido cursar los estudios en valenciano y la Administración no les da esa posibilidad. Es preocupante porque prestigiar el valenciano es usarlo habitualmente. Los valencianohablantes somos bilingües y los monolingües suelen ser los más cerrados a avanzar hacia el plurilingüismo, que es el futuro.
Visto ya con cierta perspectiva, ¿por qué cree que Compromís creció tanto, por la crisis del PSPV (perdió 151.000 votos autonómicos y 54.000 en Valencia), por el 15-M, por su ciberactivismo…?
Porque transmitimos ilusión y confianza. Lo supimos comunicar a pie de calle. El PSOE ha perdido la calle, está en la estratosfera. Hicimos un discurso sencillo e ilusionador que llegó a la gente y hemos hecho un buen trabajo de equipo, desde el grupo de las Corts a las bases, por eso conectamos. Pese a ser víctimas de la barrera del 5%, hemos sido tenaces contra quienes querían un bipartidismo PP-PSOE y la gente lo ha sabido valorar. La gran crisis del PSOE es no actuar como socialdemócratas y servir a la gran banca y a los mercados antes que a los más humildes.
¿No teme que Compromís sea una burbuja política y estalle, como la inmobiliaria?
No, tenemos raíces fuertes, aunque habrá episodios difíciles porque somos un organismo vivo, diverso, pero somos gente que está en política para servir.
¿Su mérito es gobernar esa ensalada ideológica y de egos?
Mi vanidad la tengo cubierta. Formo parte de un equipo y me gusta ser un líder asertivo. Para liderar hay que aprovechar la inteligencia y los valores que tienes en casa. Los líderes negados son los que matan para que no se les haga sombra. Eso es mediocridad.
¿Se le ocurre algún ejemplo?
Más de uno. Cuando se dirige un proyecto hay que saber que se tiene la responsabilidad de ser depositario de la confianza de mucha gente. Y no se puede fallar ni decepcionar por cuestiones de egos. Yo he contribuido, con mucha gente, a que todos podamos expresarnos en este proyecto.
La auténtica reválida serán las generales. ¿Firmaría obtener un diputado por Valencia, que sería el primero que logran?
Un diputado sería un éxito histórico, un resultado válido. Aspiramos a lo máximo, pero firmaría porque soy un pragmático y sería un gran éxito porque afrontamos una campaña en la que no vamos a llenar plazas de toros con autobuses traídos de otras comunidades y sabemos que el bipartidismo intentará ocultarnos. Firmaría porque esta tierra se merece alguien que vaya a Madrid a decir que esta tierra es muy distinta a la herencia de Camps, a acabar con el desprestigio que tenemos fuera por culpa de las políticas que se han hecho. Nos merecemos diputados que no vayan a «pegar la cabotà».
En el Congreso, ¿con quiénes se juntarían, con CiU, sus interlocutores en Cataluña, o con los nacionalistas de izquierdas?
Convergència es un partido catalán, que defiende los intereses de Cataluña y nosotros valenciano. Es lógico que nos entendamos con aquellos que comparten la visión del Estado y valores de sostenibilidad y progreso. Opciones hay, desde la Chunta al PSM hasta Equo o el BNG. Tenemos una relación correcta con Convergència y tenemos amigos en todos lados.
­¿CiU es amiga o socia?
Los socios te los buscas en cada elección.
¿Prefiere a un independiente como Diego Gómez para cartel electoral o a un dirigente del Bloc como Melero, Chesa o Baldoví?
Todo tiene pros y contras, pero afortunadamente tenemos un banquillo muy amplio.
­¿Mònica Oltra habría sido la mejor candidata a las generales?
Podría haberlo sido, sin duda, pero asumió un compromiso al presentarse a las autonómicas y la palabra es muy importante en política y en la vida.
­Las camisetas anticorrupción de Oltra fueron las mejores vallas electorales.
Las camisetas hicieron su papel, pero Mònica Oltra es mucho más. Ha ganado cinco sentencias en el Constitucional contra la mayoría absoluta del PP. Es un activo importante y una persona cargada de valores. Le doy una nota muy alta a su actitud cívica y de denuncia, pero también constructiva.
­Ahora que la crisis ha relegado la corrupción a un segundo plano, ¿de que vivirá Compromís?
De buscar fórmulas para regenerar y ampliar la democracia y de ofrecer alternativas para cambiar el modelo económico valenciano hacia un modelo productivo sostenible y verde. Por ejemplo, estamos presentando propuestas como ayudar a empresas que fabrican ventanas de aislamiento térmico.
El grupo de Compromís en Valencia renunció a los móviles del ayuntamiento. Dejaron en mal lugar al grupo de las Corts.
No, no tiene ningún sentido que un concejal de Valencia cobre más que un diputado autonómico o que tuviera coche y chófer oficial o restaurantes pagados. Estan dando ejemplo porque consideran que su salario es suficientemente alto como para pagarse el móvil.
¿Dónde está el linde entre iniciativas demagógicas y éticas en esto de las medidas de ahorro?
Se ha de buscar un equilibrio. En el caso de Compromís nos lo hemos autoimpuesto nosotros renunciando a algunas cuestiones. Donde pensamos que tocaba, en RTVV o el ayuntamiento.
¿Y estos debates no contribuyen al descrédito de la política?
Creo que ayudan a la ejemplaridad de la política.
Las declaraciones de bienes de los diputados, además de ser material de cotilleo, ¿aportan algo?
Sinceramente, creo que no, porque una persona que quiere ocultar un enriquecimiento ilícito lo puede hacer de mil maneras. Se hizo como señal de ejemplaridad pero dudo de que sea eficaz
¿Milita en Acció Cultural?
Nunca he militado. Trabajé en ACPV y con eso ya cubrí la cuota patriótica.
¿Las relaciones del Bloc con Eliseu Climent van mejor o siguen sin ir de ninguna manera?
Van como con cualquier otra entidad. Por ejemplo, hemos pedido que se anulen las sanciones. Eliseu ha recibido muchas subvenciones pero ha llevado una gestión mejorable, por ejemplo en el asunto de TV3. Tan culpable es el Consell como el Gobierno central, que ha estado un año vetando la ILP, pero Eliseu no ha dicho nada de esto.